El Taj Mahal

13.05.2013 16:02

 

                        

Obra cumbre de la arquitectura mogol, el Taj Mahal está considerado como uno de los más bellos edificios del mundo. Fue levantado en Agra, al norte de la India, por iniciativa del emperador Shah Jehan, en memoria de su esposa Muntaz Mahal

La prenda de amor de un emperador

En el siglo XVI Babur, descendiente de Gengis Khan y de religión islámica, fundó la dinastía mogola, vocablo persa que sustituye a “mongol” para borrar las connotaciones de barbarie que esta tenía, Al conquistar el norte de la India en 1526, creó un gran imperio que subsistió hasta 1857, con capital en Agra, que tanto él como sus sucesores se dedicaron a embellecer.

 En la arquitectura islámica de este momento, continuadora de la tradición persa introducida en el subcontinente en los siglos XI y XII, la distinción entre edificios civiles y religiosos es menos pronunciada que en la arquitectura cristiana. Concebida para subrayar el dominio de la fe coránica, se caracteriza por la clara geometría, la simetría y el equilibrio. Cada elemento aislado se inserta dentro de un maraco unificador de compleja decoración geométrica. La construcción se configura en torno a un eje dominante de oración, orientado hacia La Meca, la ciudad santa del Islam.

Cada uno de los sultanes mongoles edificó un magnífico palacio; era costumbre que después de su muerte se transformara en su sepulcro y en el de sus esposas. Estos mausoleos, construidos en mármol, tenían entradas monumentales a las que se accedía tras recorrer espléndidos jardines. Entre todos ellos, el más emblemático es el Taj Mahal en la orilla derecha del río Yamuna. Ordenó su erección, entre los años 1632 y 1648, el emperador Shah Jehan (1592-1666), en memoria de la más amada de sus esposas, Muntaz Mahal o Luz del Palacio, con la que se había casado en 1612, y que falleció en 1631 en la ciudad de Burhanpur. Según la leyenda, cuando estaba en su lecho de muerte le pidió a su esposo que construyera un monumento que simbolizara la belleza de su amor.

La construcción

El edificio empezó a construirse hacia 1632, según los planos de un consejo de arquitectos procedentes de la India, Persia y Asia central, aunque parece que el auténtico inspirador fue el propio emperador. Trabajaron en su realización más de 20.000 obreros; las obras del mausoleo concluyeron en 1643 y las de las dependencias adjuntas en 1649. En total, el proyecto ocupó veintidós años y costó cuarenta millones de rupias. Se conocen los nombres de algunos de los maestros que participaron en la empresa: el turco Ismail Afandi, que diseñó las cúpulas; Qazim Khan, de Lahore; Chiranji Lal, de Delhi, que se encargó de los mosaicos; el cantero Amir Ali, de Beluchistán; Amanta Khan, de Shiraz (Persia), insigne calígrafo. El maestro de obras fue el turco Ustad Isa; la leyenda cuenta que, cuando el edificio estuvo acabado, Jehan ordenó cortar su mano para impedir que pudiese repetir una obra semejante. En los escritos de un misionero portugués de la época parece eludirse a la posible intervención de un artista italiano, Jerónimo Veroneo. Aunque efectivamente vivió en Agra durante esos años, nada parece apoyar de forma seria esta hipótesis.

La entrada

El recinto está flanqueado al norte y al sur por dos sectores oblongos más pequeños; en el meridional se alza una puerta de piedra arenisca que da entrada al complejo y algunos edificios auxiliares de finalidad incierta; en el septentrional, paralelo al cauce del Yamuna, se levanta el mausoleo. El emperador accedía al lugar por el río, en barca, junto con su séquito. Los demás visitantes debían entrar por un gran patio, en el lado sur, donde se daba la limosna a los pobres y donde, en cada aniversario de la muerte de Muntaz, se distribuían enormes sumas de dinero entre los menos favorecidos. En el mundo musulmán, estas puertas también tenían un fuerte simbolismo, pues representaban la entrada al paraíso: desde el punto de vista metafísico, eran consideradas el punto de transición entre el mundo exterior de los sentidos y el mundo interior del espíritu.

Los jardines

El complejo, alineado de norte a sur, tiene una planta rectangular de 580 m de largo por 305 de ancho. En el centro del rectángulo se sitúa un jardín cuadrado de 300 m, cuyo eje principal se extiende de sur a norte, desde la puerta hasta el mausoleo. Con una extensión de 6,9 hectáreas, fue proyectado como representación del paraíso terrenal, al estilo de los jardines persas introducidos en la India por Babur, el primer emperador mogol. Originalmente contenían multitud de flores y áboles exóticos, todos ellos en disposición geométrica y perfectamente simétrica: los jardineros trabajaron con el empeño consciente de traducir la perfección celeste a términos terrenales, siguiendo una serie de fómulas bien conocidas. Así, el cuatro, número sagrado en el Islam, fue la base de todo diseño.

Los canales, símbolo de los cuatro ríos del paraíso ( de los que, según la tradición, manaba agua, leche, vino y miel), con fuentes y flanqueados de cipreses (que, además de dar sombra, acentúan las líneas de la perspectiva), se cruzan en el centro formando un estanque de nenúfares en mármol blanco,  algo elevado del suelo; símbolo de al-Kawthar, el estanque celestial de la abundancia mencionado en el Corán, fue concebido para que el mausoleo se reflejara en sus aguas. Cada una de las cuatro partes que delimitan los canales está dividida en dieciséis parterres por caminos de piedra.

En la arquitectura mogol, el agua se utiliza tanto para los rituales de ablución como para humidificar y enfriar el ambiente, una sabia combinación del significado religioso con la necesidad práctica. Se extraía del río y se introducía en unos canales subterráneos desde los que se derivaba para llenar los estanques y regar los jardines.

Mezquita y jawab

El mausoleo propiamente dicho está flanqueado al este y al oeste por dos edificios simétricos idénticos, la mezquita, al oeste y, al este, el correspondiente jawab o “respuesta”. Sobre la finalidad de este segundo edificio, se ha puesto que servía como albergue de peregrinos, lugar de reunión de los fieles antes de la oración; sin embargo, lo más probable es que su propósito último fuera puramente arquitectónico, para dotar de equilibrio estético al conjunto y contribuir a la simetría de las estructuras situadas en la plataforma.

Un alto muro con torres octogonales rodea la sección norte y el jardín central; quedan fuera, por el sur, los establos y estancias para los guardias. En el lado occidental, cerca de la mezquita, se sitúa un pequeño recinto de piedra para recordar el primer lugar donde fueron depositados los restos de Muntaz Mahal.

El mausoleo

Mezquita y jawab estaban realizados en arenisca roja, que contrasta con la blancura del mármol de Makrana del mausoleo, elevado sobre un plinto de mármol de siete metros de alto. Un talud de piedra protege al jardín de la erosión del río. De planta cuadrada, el mausoleo tiene cuatro fachadas idénticas, con esquinas achaflanadas y un impresionante arco de 33 m de alto en cada una de ellas, enmarcado con bandas de caligrafía en relieve. Los artesanos que trazaron estos relieves con versículos del Corán utilizaron un truco óptico, consistente en ir aumentando el tamaño de las letras a medida que aumentaba la distancia, para conseguir que sus dimensiones parecieran idénticas.

Los grandes nichos abovedados están enmarcados con motivos florales (rosas, narcisos, tulipanes), a base de incrustaciones de piedras semipreciosas, cristales, minerales y lapislázuli, además de inscripciones en piedra negra. Esta misma decoración se prolonga en el interior, en las enjutas de los arcos y en las bóvedas.

La hermosa cúpula bulbosa situada sobre el salón central se levanta sobre un tambor rodeado de cuatro torres octogonales, cada una rematada por un pequeño pabellón cupulado. La estructura interior tiene una altura de 24,4 m y sobre ella se dispone otra cúpula exterior muy peraltada que estiliza el perfil del edificio. El remate externo está constituido por una aguja de latón de 17,1 m de altura.

Debajo de la gran cúpula se halla la sala octogonal del sepulcro, con grandes nichos y puertas que dan acceso a las demás estancias, decoradas con relieves de mármol blanco, igual que los cenotafios de Shah Jehan y Muntaz Mahal; los auténticos sarcófagos ocupan una cripta, al nivel del jardín.

 Junto a las cuatro torres octogonales, o chattri, rematadas también con pequeñas cúpulas, se disponen cuatro minaretes, en las esquinas de la plataforma sobre la que se levanta toda la construcción, que completan toda la armonía geométrica del conjunto. Estos minaretes tienen una exclusiva función formal, para resaltar la composición central con la cúpula.

El material constructivo es el ladrillo forrado de placas de mármol blanco, cuyo tono cambia según la luz del día, creando una sutil variación que produce una sensación de tranquilidad inmaterial. La decoración geométrica y floral, con incrustaciones de lapislázuli, coral, ámbar y jade, enmarca todos los vanos del edificio y se completa con versículos del Corán incrustados en piedra negra.

Además de impulsar la construcción del Taj Mahal, el sultán Shah Jehan fundó la ciudad de Shajahanabad (Viejo Delhi), ampliando el palacio-fortaleza (1639-48) que alberga la magnífica mezquita de La Perla (1646-54). Los edificios erigidos bajo su reinado dan muestra del poder y vitalidad de las dinastías mogolas.