Las pirámides. Bonito tema, por cierto. Como todos sabemos, estas maravillas de la construcción se encuentran en Egipto, concretamente en Guiza. Destacan sobre todo las que se construyeron para los faraones Keops, Kefrén y Micerino, y sobre todo la de Keops, que se considera una de las siete maravillas del mundo, y de hecho para mí lo es. Como la mayoría de la gente sabe, estos edificios eran construidos para servir de lugar donde descansarían los restos de los faraones al morir. Los faraones tenían una gran preocupación con lo que ellos pensaban que era “la otra vida”, es decir, la vida después de la muerte, en la cual que ellos creían. De hecho, después de morir tenían que ser embalsamados, y sus riquezas eran depositadas en estas pirámides.
Las pirámides son algo hermoso. Algo que me asombra son los materiales utilizados en su construcción, la gente que los construía y la época en que se construyeron. Para empezar, podemos decir que se construyeron sobre 2500 años antes de Cristo, lo que muestra lo antiguas que son y su gran capacidad para resistir el paso del tiempo. Pocas construcciones han podido mantenerse en pie y en buenas condiciones durante tantos siglos. Aparte, es curioso que las herramientas no se parecía, ni de lejos, con las que usamos ahora. Solo tenían arena y barro como materias primas. Ya se podían olvidar de grúas u ordenadores para ayudarse en su laborioso trabajo. No obstante, sobresalen por su belleza. Su casi perfección nos hace pensar si eran obra de humanos.
Otra cosa digna de mención es que, posiblemente, las personas que se encargaron de esta misteriosa construcción fueran esclavos de los egipcios, que no tenían ni idea de cómo construir. Muchos dirían: ”Hombre, a latigazo limpio lo hago yo también”, mas, verdaderamente, aunque nos dieran muchos latigazos, sería prácticamente imposible levantar una edificación tan perfecta.
Por estas razones, considero que el valor histórico y cultural de las pirámides de Egipto es enorme. Aún no he ido a visitarlas, pero es uno de mis objetivos, y espero ir a verlas cuando pase un tiempo. Y claro, como siempre, animo a todos los que estéis económicamente bien, que hoy en día es difícil, a visitar Egipto, y por supuesto, las Pirámides. Seguro que no os arrepentiréis.
